Para empezar quiero pedir perdón por haberle otorgado ya la etiqueta de femenino a la persona extranjera y hablar después en masculino cuando me refiera al residente. Mi caso ha sucedido así y ese es el que voy a usar de ejemplo. He conocido casos al contrario de chico Erasmus y chica residente o incluso personas del mismo sexo, pero no estoy aquí hablando de homosexualidad ahora; Eso ya vendrá seguro.
Tampoco me quiero referir a esas relaciones que sólo buscan una noche o un@ compañer@ de cama durante una temporada porque, si lo pensáis bien, no se diferencian en nada de las relaciones que suceden en vuestr@ pueblo/ciudad más que en que tienen un plazo determinado para acabar. Y ¡ojo! yo respeto bastante a la gente que elige este camino. Es lo que quieren y lo hacen.
Pero yo me estoy refiriendo aquí a los casos en los que existe el amor. En que dos personas se atraen más que para "un ratito".
Todo empezó aquella noche en que conseguí besar a la Mapacha y yo, inocente de mí, le pregunté de camino a su cubil "¿y ahora?". "Y ahora ¿qué?" fue todo lo que recibí por respuesta (la Mapacha tiene una magnífica habilidad para hacer que no entiende la pregunta o incluso el castellano cuando no quiere dar el primer paso y quiere que hable la otra persona) así que ya tuve que adentrarme un poco más en el tema y especificar; que ahora qué iba a pasar, que si había sido sólo esa noche, que si iba a poder seguir besándola, que si iba a querer que el resto de la clase viera que estábamos "juntos"...
Y ahí fue cuando la Mapacha me dio la respuesta que, dos o tres meses más tarde, ha desembocado en este post: "Mapache, yo soy Erasmus y en dos meses estaré de vuelta en mi zoo polaco; eres tú el que no debería de querer que le vieran con una Erasmus."
Pero eso, ¿qué sentido tiene? ¿Por qué iba a tener yo algún tipo de reparo a que me vieran con una chica tan maravillosa? ¿Porque era Erasmus? ¿Pero ella es Erasmus antes que Mapacha? No, de ninguna manera, no. Ella es Mapacha y, después, ha ido a dar la casualidad de que estaba aquí de Erasmus, pero yo habría seguido enamorándome de ella si no fuera Erasmus y viviera a tiro de piedra de mi casa.
Que sí, que tengo que reconocer que, cuando la conocí, no quise caer más que nada porque yo venía de una situación nada agradable y había renegado de las relaciones, pero el "asunto Erasmus" tenía algo que ver... Después ya no sé qué es lo que hizo (todavía no me lo ha revelado por si le voy a alguien con el secreto) pero no pude más que caer rendido a sus pequeñas patitas.
Y entonces... ¿Tenía que renunciar a tan fantástica chica sólo porque realmente vive en otro país?
Aquí hay varias opciones: ¿Deberíamos tragarnos nuestros sentimientos e ignorar lo que sucede? ¿Deberíamos aprovechar el tiempo que tengamos y después renegar de todo sentimiento cuando el plazo se acabe? ¿O quizá deberíamos seguir adelante con lo que venga aunque sea de culo y cruzado?
Cada cual protegerá y defenderá la postura que le parezca mejor y más lógica, como viene siendo normal, por lo que yo no haré menos y hablaré de la mía.
Yo estoy a favor completamente de continuar adelante contra viento y marea.
Pasamos un tiempo estupendo. No tuvimos más problema emocional que el "cuándo nos volvemos a ver", nada de "no nos volveremos a ver nunca" y ahora hablamos y nos escribimos a diario esperando la ocasión de poder ir yo o que venga ella y, más adelante, diox dirá qué hacemos si aquí, allí o en alguna zona intermedia.
Así que mando mi consejo a la gente aprovechando estas líneas: Seguid adelante, yo he encontrado a la Mapacha que me llena y resulta que ahora está a casi 3000km de mi casa, pero la quiero, me quiere y estaremos juntos de nuevo en breve sin ninguna duda ni temor porque sé que ella vale la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario